jueves, 19 de febrero de 2009

Buscas un reencuentro con aquello que fuiste un día, buscas sin descanso aquel horizonte del que nunca huías. Aquello por lo que vivirías, aquello por lo que volverías a sentir. Y es entonces cuando caes sumergido en su recuerdo y lo sientes cerca. Puedes escuchar el mar y sentir el viento. Pero justo cuando el agua está a punto de alcanzar tus pies descalzos la razón apunta hacia otro lado y te das cuenta de aquello que creías ha dejado de estar. Sólo queda la búsqueda eterna de aquello que dabas por encontrado.

                  Saudade Artiaga 15-02-2009

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